A quien le encanta la nieve le gustaría compartir un día de invierno en la naturaleza también con su perro. Pero, ¿es un momento feliz también para nuestra mascota?
La respuesta depende de muchos factores, incluidas las preferencias del perro y la organización del día.
Perros y nieve suelen ser una combinación ganadora; no obstante, mucho depende del tiempo que transcurren nuestros amigos de cuatro patas en contacto con la nieve.
En las próximas líneas contestaremos a esta pregunta y explicaremos cómo gestionar de la mejor manera posible a los perros en la nieve.
CON EL PERRO EN LA NIEVE
En primer lugar, es importante tener en consideración que no todas las razas de perro están acostumbradas a la nieve y al frío. Sin embargo, además de la raza, también las costumbres del perro influyen mucho. ¡Es difícil que los perros que viven en la casa estén acostumbrados al frío!
Además, hay que tener en cuenta que la nieve es casi siempre un elemento nuevo para los perros: por eso, algunos de ellos podrían meterse en situaciones peligrosas o comerla, provocándose algunas molestias.
¿Qué es bueno tener en mente antes de una escapada en la nieve?
PERROS, NIEVE Y FRÍO
No todos los perros sufren el frío y, sobre todo, no existe una regla válida para todos. Los perros de talla mini podrían sufrir hasta con temperaturas sobre cero, así como los perros de pelo corto.
Un abrigo podría resolver la situación también para los perros de talla más grande, poco acostumbrados a temperaturas rígidas.
¿LOS ZAPATOS SON ÚTILES?
Hay que tener en cuenta que las yemas de los perros son adecuadas también para caminar sobre el hielo o sobre la nieve. Sin embargo, como hemos dicho en el párrafo anterior, raramente los perros están acostumbrados a temperaturas muy frías.
Por eso, los zapatos podrían ser útiles, sobre todo para evitar que se acumulen trozos de nieve entre las yemas que, helándose, podrían resultar molestos y también cortar la piel de las patas.
Por ello, sería bueno acortar preventivamente el pelo en estas zonas y quitar eventuales trozos de nieve lo antes posible.
Para antes y después del paseo, podría ser útil también poner una crema específica en las patas. Existen varios tipos, pero todas tienen en común la capacidad de repeler el agua y, por eso, evitar que se acumulen trozos de nieve.
¿CORREA O NO?
También en la nieve es buena costumbre llevar a nuestro amigo de cuatro patas con correa. Los motivos son los mismos que los de los paseos cotidianos: tanto porque está previsto por ley, como para evitar potenciales peligros.
En contextos de seguridad podría ser divertido jugar con el perro en libertad: en este caso la decisión será del dueño, que tendrá que evaluar los peligros presentes y, sobre todo, la respuesta del perro al llamado.
DESPUÉS DE UNA ESCAPADA EN LA NIEVE
Después de haber transcurrido una jornada en la nieve no deberían ser necesarias muchas precauciones.
Solo si viéramos al perro lamiéndose las patas podríamos lavarlas usando agua tibia.
Si nuestro amigo de cuatro patas ha sufrido pequeños cortes, podríamos curarlos con una crema calmante (como las que tienen caléndula). Si se trata de verdaderas heridas, será necesario hablar con el veterinario.
SI NUESTRO AMIGO DE CUATRO PATAS HA COMIDO LA NIEVE
Algún mordisco de nieve no es dañino: los perros comen la nieve para entender de qué se trata.
Sin embargo, si se come en gran cantidad, podría causar malestar intestinal. Si es leve, el ayuno por una comida podría ser suficiente.
Si el malestar intestinal es más duradero, una vez más, tendremos que hablar con el veterinario de confianza.
¡Con algunas pequeñas precauciones no será difícil transcurrir un poco de tiempo con los perros en la nieve! Lo importante es evitar siempre los peligros para la seguridad de nuestro amigo de cuatro patas y adoptar algunas simples precauciones para su salud.